En la actualidad nuestras relaciones sociales son digitales. Hoy estas relaciones sociales mediadas a través de las tecnologías digitales siguen cambiando y mutando nuestra conexión con el otro y con el mundo digital. En la evolución de la Web actualmente nos encontramos en la versión 4.0, una versión que pronto mutará al Metaverso, este nuevo mundo de realidad virtual que será la versión 5.0 de la creación de Tim Berners Lee.
Hoy sabemos que la web no es neutra y que nos conecta, pero que también nos divide. Vale la pena preguntarnos cómo evolucionarán o involucionarán nuestras relaciones sociales en el Metaverso. Ya existen millones de personas desconectadas de la WWW; sin embargo, el futuro se acerca a paso agigantados y es claro que será un futuro hiperdigitalizado donde posiblemente las relaciones sociales se verán mucho más deterioradas.
Una de las autoras más relevantes frente a la cibercultura afirma que:
Bajo el disfraz de la conexión, producen un recurso precioso: conectividad. Si bien el término “conectividad”
proviene de la tecnología, donde denota transmisiones por medios informáticos, en el contexto de los medios sociales rápidamente adoptaron la connotación de un proceso por medio del cual los usuarios acumulan capital social, pero en realidad el término cada vez hace más referencia a los propietarios de las plataformas que amasan capital económico (Van Dijck, 2019, p. 21).
Esta nueva evolución de la WWW nos conectará con avatares de todas partes del mundo y nos permitirá construir mundos virtuales. Nuestros amigos, familiares, jefes y pareja estarán allí. Incluso nuestros trabajos tendrán lugar allí. El capitalismo exacerbado, también tendrá un lugar importante dentro de las diferentes versiones de Metaverso, muchos avatares podrán lucir costosas prendas digitales y accesorios de lujo, al igual que comprar opulentos espacios digitales que le brindarán status a su presencia digital.
El Metaverso nos llevará a conectarnos a 100% a la realidad virtual, esta inmersión se hace a través de gafas y trajes especiales que nos permiten incluso sentir. Podemos utilizar el avatar que mejor nos «represente» e incluso podremos configurarlos para que sus interacciones sean «públicas» o «privadas» y nuevamente mostraremos nuestra mejor versión a través de las tecnologías digitales.
Eso si, todas las problemáticas sociales que en la actualidad tenemos como humanos, seguirán persistiendo dentro del Metaverso e incluso se harán mucho más evidentes. Claro, también nos conectará y nos permitirá compartir espacios virtuales y sentir a nuestros seres amados desde otra perspectiva. Sin embargo, es válido resaltar que las tecnologías digitales avanzan mucho más rápido que la legislación de cada país y ya permean toda nuestra vida.
Este año, ya se han reportado varios casos de acoso y violaciones dentro del Metaverso. Vemos como cada vez más se acortan las distancias entre la realidad y la virtualidad. Así lo denunció la británica Nina Jane Patel.
Meta es la versión del Metaverso de Facebook. Un ambicioso proyecto que revolucionará aún más la forma de estar conectados, de divertirnos y de compartir. Es claro que el humano es un sujeto social y como tal necesita recibir la validación del otro. Pero como funcionarán los populares «Me Gusta» y ¿Qué tanta dopamina le podrán seguir dando a nuestros cerebros?, ¿Cómo se abrirá camino la desinformación, las Fake News y los discursos de odio? y ¿Qué provecho sacarán los creadores de estos Metaversos de sus usuarios?.
Como lo menciona Byung-Chul Han (2022), «Y la fuerza centrífuga inherente a la información tiene un efecto destructivo sobre la cohesión social» (p. 73).
Pero, ¿Qué se necesita para que el Metaverso sea una realidad? bueno, aún estamos muy lejos de esto. Por empezar necesitamos tecnología 5G y por supuesto que los artefactos tecnológicos como las costosas gafas sean de fácil acceso para el usuario común.
Los «Metaversos» necesitarán toda la atención de los humanos para poder lograr ese espacio virtual tan inmersivo que se proponen. Al punto que tengamos que trabajar dentro del Metaverso, asistir a conciertos, conocer pareja, relacionarnos con amigos y asistir a clases, entre otras muchas cosas que podremos hacer. Cuando estos costos se reduzcan y todas y todos puedan tener acceso al Metaverso podremos empezar a analizar la mutación de las conexiones digitales humanas. Por supuesto será un muy interesante objeto de estudio desde las ciencias sociales.
Los gigantes tecnológicos que trabajan en el diseño y puesta en marcha de estos Metaversos, saben que las redes sociales como las conocemos hoy mutarán y nuestras relaciones sociales también seguirán mutando a través del digitalismo y de la Web 5.0. Esta nueva web que será sensorial y emotiva.
Ciertamente el futuro es inquietante, pero se acerca muy rápido y lo que sí sabemos, es que será casi 100% digital. Recordemos siempre que en la mayoría de los casos, las tecnologías digitales aprovechan nuestras vulnerabilidades para lucrarse a través de ellas. Como todo, el Metaverso tendrá sus «cosas» buenas y malas. Lo que sigue siendo importante es cuidar nuestra huella digital y monitorear el uso de nuestros datos.